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Cuestión de debate. Dos bravucones de cantina

amloarcadiaAnte la impotencia y la frustración de no poder alcanzar a quien les lleva una gran distancia en la competencia por la carrera presidencial, han optado por el insulto, por la ofensa, la descalificación y hasta por la amenaza velada.  Sí, nos referimos a la retahíla de señalamientos que tanto el colero en la encuestas, José Antonio Meade, como el joven maravilla, Ricardo Anaya, hoy acusado de corruptazo,  le han propinado a Andrés Manuel López Obrador por no querer debatir con ellos en esta época de intercampañas.

Meade, con mucho énfasis y de manera insistente le dice: “¡éntrale!”, entendiéndose los improperios que se ha de guardar para sus adentros, ello por el tono de su expresión. Por su parte, Anaya, al borde de la agresión verbal y con una actitud iracunda, le suelta, “¡no tienes pantalones!”. Los dos se hacen sentir muy sobraditos y coincidentemente le espetan a AMLO que tiene miedo de enfrentarlos cara a cara y que nos es capaz de defender sus propuestas, esto, entre otros señalamientos que rayan en la provocación. Es evidente que entre ambos lo quieren acorralar, pero no encuentra la forma de lograrlo. Sin embargo, AMLO ni se inmuta ni se intranquiliza, y por el contrario, creo que se mofa de ellos, al responderles en tono sarcástico que son unos montoneros y peleoneros.

Claro, los envalentonados Meade y Anaya, entre ellos no se atreven a retarse a debatir, aunque mutuamente todos los días se estén sacando sus trapos sucios al sol, al acusarse de la corrupción que ambos ya no pueden ocultar o que quisieran tapar aunque fuera con un dedo. Pero no, el objetivo para ellos es AMLO, porque en un par de semanas se estará entrando a la campaña política de manera formal y sigue muy arriba en las preferencias electorales, lo cual los pone nerviosos y los llena de angustia, el verse muy abajo en estas mediciones   e imposibilitados de obstaculizarle su paso imparable rumbo a la elección presidencial.    

Pero más envalentonados se han mostrado cuando tienen el respaldo del Tribunal Electoral, que evidentemente se ha puesto de su lado, al actuar con innegable parcialidad, ya que se ha pronunciado en dar su anuencia para que en esta etapa de intercampañas sí puedan debatir. Todo ello alterando el programa de debates que el Instituto Nacional Electoral con anterioridad ya tiene plenamente establecido, mismos que oficialmente sólo serán tres debates, uno en abril a realizarse en la Ciudad de México; el segundo en el mes de mayo, que se efectuará en Tijuana, y finalmente, el tercero, que se llevará a cabo en los primeros días de junio en Mérida Yucatán.

Es decir, por falta de debates no se podrá cuestionar el proceso electoral, como tampoco resultan válidos los argumentos que con notoria desesperación esgrimen los ansiosos adversarios de AMLO, en el sentido de que la ciudadanía se quedaría sin conocer el contraste de las ideas y las propuestas de los contendientes. Falso, porque para empezar, se tiene que reconocer que hoy el electorado no es el indolente de antaño, no es el valemadrista de siempre. Hoy es un ente más participativo, es más exigente, está más informado y se involucra más en los asuntos del orden público. Muestra más interés por conocer con autenticidad quienes son verdaderamente los candidatos, cuáles son sus trayectorias y qué han hecho o qué no han hecho. Así que, el electorado, podremos decir, que ha pasado a ser mayor de edad, sabe formularse sus propios criterios y  no será fácil que se le pretenda manipular, como tantas veces se ha hecho en el pasado.

Pero queda muy claro que la urgencia de debatir en intercampañas, con la ayudita del Tribunal Electoral, no es para que la ciudadanía o el electorado haga una valoración de las distintas propuestas de los candidatos, no, ello es únicamente para tratar de justificar con encuestas falsas y a modo, que antes de que dé inicio la campaña formal, ya alcanzaron a AMLO, o al menos ya se le acercaron.

En cuanto al efecto de los debates, bien se sabe que no siempre el que gana o pierde un debate, necesariamente se convierte en ganador o perdedor de una elección. No, se tendrían que combinar algunos otros factores para que ello llegase a suceder.  Sin embargo, habría que tener presente que un debate podría ser determinante para ganar o perder, solo cuando los contendientes extremadamente van parejos en preferencias electorales, cuando las diferencias entre uno y otro contendiente pudieran ser de alguno o dos puntos porcentuales. También podría suceder eso, cuando sus plataformas o programas de gobierno son tan similares, tan idénticos, que nos se distingue uno de otro, y  que al elector en esas circunstancias le es indistinto que gane Juan o Pedro, por lo que en estos casos un debate sí puede hacer la diferencia. 

Pero en nuestro proceso electoral, AMLO les lleva a Ricardo Anaya y a Meade, entre diez y quince puntos porcentuales de forma consistente y consolidada. En cuanto a sus respectivos proyectos de gobierno, el de López Obrador es diametralmente distinto a los de sus adversarios y que la ciudadanía evidencia que sí los distingue. Por tanto, los debates no serán determinantes, sin embargo, en el caso de que AMLO sí los llegase a ganar, el efecto sí podría reflejarse en un acrecentamiento de la diferencia que les lleva. Por eso es que los retos airados a debatir de Anaya y Meade que le lanzan a López Obrador, para que debata en intercampañas, quedan como simple bravuconadas, como si fueran denuestos de cantina.  Tampoco se espante que salgan las mismas encuestadoras engañosas de siempre, que por el hecho de no haber accedido a debatir, perdió diez puntos. Esta farsa que no les vaya a extrañar. Lo veremos.

Pálida tinta: El dueño de las Chivas, Jorge Vergara, habrá de andar cabizbajo, no porque su equipo todavía no levante lo que se espera, sino por querer quedar bien con su amigo Meade, al que le organizó en su estadio un evento con sus empleados, pero que éstos lo mandaron, ahora sí que, a la verrrrrrrdolaga a base de abucheos y chiflidos.  


Sonytrascendidos:Las traiciones de los amigos rojos en Sonoyta

LucanoyjoseramosJosé Ramos, Heriberto Serrano y Alejandro Aguirre, este último hoy en MorenaDicen que todo cambio es para mejorar y en Sonoyta el priismo sabe mucho de esto. En el tricolor se ha roto la regla, van para atrás como los cangrejos, las traiciones están al orden del día con la premisa que algunos de sus candidatos quieren mejorar pero solo ellos!.

Mire si no. Hace tres años un grupo de rojos encabezados por José Ramos y Lucano Soto se pasaron al partido Movimiento Ciudadano, abandonaron al PRI y se vistieron de naranja para apoyar a Heriberto Serrano, actual presidente municipal.heribertoylucanoHeriberto y Lucano.

José Ramos quien los traicionó hace tres años al no ser ungido como candidato abandono al PRI junto con Lucano Soto y se llevaron entre sylvanasonoyta2las patas a la candidata Mirian León, quien finalmente resultó derrotada.

Lucano Soto y José Ramos posaron para la foto con el entonces candidato del Movimiento Ciudadano Heriberto Serrano, quien hoy cobra como Presidente Municipal de Sonoyta por el naranja, (ah y cobra muy bien).

En esos trajines de traiciones, hoy Lucano Soto, otrora aliado de José Ramos es candidato del PRI en una extraña circunstancia que solo la entienden los que deciden quien será sin que les importe lo que suceda con Sonoyta y su gente. Lucano dicen que ganó una encuesta que realizó el PRI. (algunos malpensados dicen que la encuesta la hicieron con la militancia del Movimiento Ciudadano, ah sylvanasonoyta3raza). Cierto o no, días antes de que se diera a conocer el resultado, todo mundo sabía que Lucano ya era el candidato.

Según los entendidos, solo Lucano le ofrece garantías a la candidata a Senadora Sylvana Beltrones de llevarle mas votos, habrá que ver.

Con todo ello el candidato Lucaqno Soto ha recibido el espaldarazo de Sylvana Beltrones en su reciente visita a Sonoyta. La fórmula al senado del PRI se reunión con las fuerzas vivas priistas y se extrañó la presencia de muchos priistas quienes tradicionalmente estaban en las buenas y malas, pero hoy fueron ausentes porque andan vestidos de naranja.

sonoyta3En tanto, José Ramos quien buscó infructuosamente ser candidato del PRI decidió saltar a otro partido aunque le ha guiñado el ojo a todos los partidos por si las moscas. Finalmente se ha quedado con el MC y se convirtió en su candidato a la presidencia municipal.

Ramos además logró atraer a un numeroso grupo de priistas insatisfechos con la designación de Lucano, esos mismos priistas que traicionaron al PRI en el pasado proceso electoral hoy se abrieron de capa y se pusieron la camiseta del MC para apoyar a Ramos Arzate.

Bien dicen que solo a los amigos se traiciona, quizá hay que esperar que avance el proceso electoral para ver mas movimientos en la geografía electoral.

Cuestión de debate. La empatitis técnica

1543 anaya y amlo 620x350Una vez que el domingo pasado terminaron las precampañas políticas presidenciales, como también la que correspondió a la Ciudad de México, mismas que duraron dos meses, inmediatamente vino una andanada de declaraciones apresuradas por parte de algunos precandidatos, en el sentido de que lograron alcanzar el empate técnico con el puntero, Andrés Manuel López Obrador; de igual forma, Alejandra Barrales, en su cierre de precampaña local, manifestó que había alcanzado a la precandidata de Morena, Claudia Shienbaum. Es decir, a bote pronto y con puras cuentas alegres hicieron su propio balance.

Sí, Ricardo Anaya, al culminar su precampaña en Veracruz, expresó de forma fanfarrona a los medios de comunicación que ya se encontraba en empate técnico con AMLO. Como quien dice, había logrado la hazaña de alcanzarlo, claro, según él, pero sin que jamás lo haya demostrado en algún momento. Por su parte, el priista, Meade, llegó al final de su precampaña, en un acto en Tlanepantla, todo atribulado y confundido por los intentos reales que hay al interior de su partido  que pretenden sustituirlo, en razón de que les preocupa que no levanta, porque su discurso nomás no convence, no despierta ánimo ni interés, por lo que fue el deslenguado del dirigente priista, Enrique Ochoa, quien cínicamente, entre otras cosas desastrosas, externó que su candidato llegó en empate técnico con Andrés Manuel. Esto, puro estilo charlatán, habladurías baratas, queriendo nada más sorprender, como si no se supiera el rechazo que hoy  en día existe hacía su partido.

Pero como no queriéndose quedar atrás y para hacerles el tercio a ellos respecto a  sus declaraciones ligeras, Barrales, en su cierre de precampaña en el ámbito de la competencia por la Ciudad de México, también vertió lo suyo, bajo esa la misma tónica mentirosa y falsaria, al expresar que ya estaba en empate técnico con su adversaria Claudia Sheinbaum, quien va por el mismo cargo.  Sin embargo, también coincidió con aquellos, en el sentido de que eso no lo demostró, ni tampoco dio a conocer elemento alguno que respaldara su señalamiento, por lo que ni su equipo cercano de colaboradores le creyó que tan solo haya acortado la distancia que la separa de la morenista.

Ante ello, con sus respectivas declaraciones, lo único que demostraron, tanto Anaya como Ochoa a nombre de Meade, que implícitamente están reconociendo que no fueron capaces de alcanzar AMLO, y que por el contrario, éste les lleva una considerable ventaja en preferencias electorales, porque si de verdad hubieran logrado el empate técnico pregonado, entonces, por la estrategia turbia y engañosa con la que suelen manejarse, se hubieran ido más arriba, es decir, de forma triunfalista hubieran cantado a voz en cuello que ya lo habían rebasado. Lo cual no sucedió, y tal pareciera que ni siquiera un milímetro lograron reducir la diferencia que les lleva el precandidato de Morena. Entonces, su balance de precampaña resulta ser falso, más cuando los datos objetivos emanados de encuestas demuestran que están muy lejos de alcanzar el nivel de lo que es un empate técnico. Sucede lo mismo con Barrales, simples declaraciones que no tiene efecto político alguno, porque no existe su empate técnico mencionado, y que la única que estaría engañándose sería ella, porque a nadie más podría convencer con sus falsas declaraciones que hizo al cierre de su precampaña, circunstancia que implicaría que tan solo pretendió ocultar su carencia de competitividad. Mientras tanto, habrá que destacar que los adversarios de Morena, coincidentemente a falta de argumentos válidos, les dio por declarar lo mismo, es decir, pronunciarse por una empatitis técnica inexistente. Lo veremos.   

Pálida tinta: Dirá Meade, ya no me ayuden compadres o con estos amigos para qué quiero enemigos. Esto por el espinoso berenjenal en que se metió Mikel Arreola, al desempolvar temas polémicos, pero plenamente ya debatidos y plasmados en la Constitución de la Ciudad de México. Sí, la referencia es al consumo de mariguana y a los matrimonios igualitarios en esta Capital del País, al manifestar que no estaba de acuerdo en ello, levantando inmediatamente gran revuelo de críticas. Ahora seguro quiere sacarse alguna espinita de ese berenjenal, invitando a debatir sobre estos delicados asuntos a sus adversarias Claudia Sheinbaum y Alejandra Barrales, a ver si de casualidad también se dan un pinchazo, de lo cual mejor debería  de asesorarse con el Presidente Enrique Peña Nieto, quien por tocar uno de estos temas controversiales, previo a las elecciones del 2015, ya no sentía lo duro sino lo tupido por tantos estados que en ese año electoralmente perdió el PRI……….Quizá el consuelo de Mikel Arreola, será que su líder priista, Enrique Ochoa Reza, casi al mismo tiempo también metió la “pata” hasta dentro, como se dice coloquialmente, al quererse hacer el gracioso por llamar “prietos que ya no aprietan” a los priistas que han decidido apoyar a Morena, con lo que provocó que como un enjambre de avispas se le fueran encima descalificándolo por su sentido discriminatorio y despectivo hacia la población de piel morena, que es la gran mayoría de los mexicanos y que, aunque él reniegue o se burle, es nuestra esencia de color. Lo peor para él es que se ponga negro de coraje, porque por esa imprudencia no nada más pudiera perder el liderazgo del PRI, sino hasta la senaduría plurinominal que cree que ya tiene en la bolsa.

Cuestión de debate. Anaya, escudo de AMLO

amlo y anayaMucho antes de que diera inicio el proceso electoral actual, algunos analistas políticos avizoraban que la contienda presidencial se iría configurando en la competencia de tres fuerzas políticas, Morena, PAN y PRI, es decir, con anticipación estaban  convencidos que se llegaría al día de las elecciones en tercios. Sin embargo, a cuatro meses de que ocurran los comicios para presidente de la República, todo indica que esa apreciación, hoy por hoy, es totalmente insostenible, es rotundamente equivocada.

Esto es, según los datos actuales registrados por encuestadoras, el candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, se ha consolidado en un primer lugar, aventajando al segundo lugar, que corresponde al candidato del PAN, Ricardo Anaya, entre un ocho a diez puntos porcentuales, y al candidato del PRI, que se encuentra ubicado en un lejano tercer lugar, al llevarle una delantera de 18 a 20 puntos, por lo que con esas marcadas diferencias no se puede llegar en tercios.

En esa razón, la percepción ahora ha cambiado, en el sentido de que la contienda se centrará únicamente entre la competencia de dos candidatos.  El puntero de Morena y quien al final logre posicionarse en el segundo lugar, sea del PAN o del PRI.  Es por eso que en los últimos días estamos presenciando con indignación y vergüenza, cómo entre estos dos partidos se ha entablado una guerra feroz, de una intensidad brutal, destructiva y a muerte, luchando por la supervivencia política. Un PRI que se muestra como una fiera herida, que se siente al borde del precipicio y  a un PAN que no puede ocultar su pasado negro. Para esto el priismo está usando los métodos mas perversos y sucios con los que se le va al cuello al panista Anaya, al sacarle a flote, como si fuera bazofia, todo el historial de corruptelas en que, supuestamente, se encuentra envuelto, de pies a cabeza, el llamado joven maravilla.

Lo acusan de lavado de dinero y de tener prestanombres de sus bienes multimillonarios. De haber recibido dádivas económicas también multimillonarias, los llamados “moches”, ello cuando fungió como Presidente de la Cámara de Diputados, en claro aprovechamiento y abuso del alto cargo que detentaba. Riquezas inmensas amasadas en el corto tiempo que solo corruptos lo pueden lograr. Pero que tampoco Anaya ha tenido muchas opciones de defensa ni de justificación de sus presuntas anomalías, porque no ha podido desvirtuar los actos de corrupción de que se le acusa. Con toda esta artillería de estiércol, el PRI pretende desplazarlo del segundo lugar de preferencias electorales en que hoy se encuentra, porque este partido sabe que de no remontar lo antes posible a ese lugar, su derrota estará más que anunciada.

Pero como también dicen, Anaya no está manco, y ha devuelto los obuses bien cargados de cochambre e inmundicia pestilente en contra del priista, José Antonio Meade, a quien señala de desviación de recursos cuando estuvo a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social, y de Hacienda. Aunque los señalamientos son en el sentido de haber consentido diversos actos de corrupción. Sí, en Sedesol, se hizo el de la vista gorda, es decir, el que no vio nada del cochinero que le dejó su antecesora, Rosario Robles, hasta ahora que se hace público por la Auditoría Superior de la Federación, en donde se detectaron faltantes supermillonarios en esa dependencia, que solo un ciego o el que es cómplice no quiso ver. Asimismo, se le señala que fue consentidor o tapadera de las triangulaciones de recursos económicos millonarios que salían de la Secretaría de Hacienda al Estado de Chihuahua, para luego finalmente destinarlos al PRI, que en franca violación a las leyes los utilizó para las campañas electorales del 2015. Aquí cabe recordarle al candidato priista, que esas omisiones no lo eximen de responsabilidad, porque bien dice el dichos popular que tanto es culpable el que “mata la vaca, como el que le agarra la pata”. Así que Meade no se puede dar baños de pureza, ya  innegablemente está inmerso en la corrupción.

Con todo ello, resulta muy clara la estrategia sucia del PRI, que primero quiere dar el caballazo a los panistas para situarse en el segundo lugar de preferencias electorales, y luego emprender otra nueva guerra sucia, la guerra de todas las guerras, una verdadera casería encarnizada, sin misericordia alguna en contra de AMLO, con difamaciones, sin ningún recato y con toda la porquería que esté a su alcance, como con encuestas falsas, al cabo que su tesis maquiavélica siempre ha sido la que señala que, “el fin justifica los medios”.

Sin embargo, va a ser muy difícil, casi imposible que el PRI desplace del segundo lugar de preferencias electorales al candidato presidencial panista, porque aun cuando se le compruebe o se sospeche que verdaderamente sí ha incurrido en actos de corrupción, quien resulta ser el acusador es el priismo, un partido que pasa por una crisis enorme precisamente por su sello de corrupción que es imborrable. Un partido desacreditado ante la sociedad, que actualmente carga con un lastre de gobierno ineficaz, señalado de podredumbre por donde se le quiera ver. Menos quitarán de ese segundo lugar a Anaya, porque en época electoral lo peor que se puede hacer es utilizar facciosamente a la PGR  para derribar del camino a un candidato competidor, como lo están intentando con el panista. Una  torpeza.

No lo desplazarán, pero lo que si es factible que logren los priistas, es que tampoco Anaya tenga avances en ese segundo lugar, porque el electorado no lo estaría premiando por presuntas corruptelas. Es decir, el efecto de  esa guerra sucia es que provocará que se estanque en los puntos porcentuales en que actualmente se encuentra. Desde luego que AMLO, que está situado en el primer lugar de las preferencias electorales, no estará a salvo de los embates de este método sucio de campaña priista, pero que sí no pueden mover al segundo lugar, menos moverán al primer lugar que está más lejano, por lo que se advierte que Anaya sería una especie de escudo para que los misiles de lodo no hagan blanco en AMLO. Lo veremos. 

Pálida tinta: ¿Será que el gran escritor, Mario Vargas Llosa, prefiere la dictadura perfecta que un cambio democrático en nuestro país? Vaya, mejor que su mente brillante y fecunda nos siga regalando novelas y se aparte de lo político, que no ha sido lo suyo. Su fracaso en este ámbito fue estruendoso, así quedó demostrado, ya que cuando se le ocurrió ser presidente del Perú, su país de origen, el electorado, de forma rotunda, simplemente le dio la espalda. Por tanto, zapatero a tus zapatos, y dejar que México vote en libertad, sin intromisiones ni conservadurismos, y menos con ideas contradictorias.

Cuestión de debate. Corral y el trasfondo de su caravana

1148 javier corral 620x350Todo empezó con la detención de un señor de nombre Alejandro Gutiérrez que realizó la Fiscalía de Chihuahua, quien fuera secretario general del PRI y colaborador del ex dirigente de este mismo partido, Manlio Fabio Beltrones, y que éste tuvo que ampararse ante la sospecha fundada de que también le echaran el guate, porque se cernía una orden de aprehensión en su contra, aunque después se haya negado la existencia de tal propósito.  El motivo fue que se les imputaba una maniobra de triangulación ilegal de recursos económicos que pertenecerían al erario público del Estado de Chihuahua y que indebidamente fueron canalizados al PRI  para sufragar gastos de campañas políticas que tuvieron lugar en el año de 2015. La triangulación supuestamente la operaron desde la Secretaría de Hacienda, el gobierno estatal de Chihuahua, que en ese año lo encabezaba el ausente César Duarte, y la intervención del priista Gutiérrez. El supuesto monto faltante era por la cantidad aproximada de 900 millones de pesos.

Ante los oídos sordos de la federación por los reclamos reiterados del Gobernador de Chihuahua, Javier Corral, para que la Secretaría de Hacienda le restituyera esos recursos desviados, decide emprender su caravana atípica, de protesta y de inconformidad, con destino a la Ciudad de México. Ello lo determina así, por ser sabedor de que las circunstancias le favorecen a plenitud, de que lleva todas las de ganar, porque seguro así se lo indica su desarrollado cálculo político, y por tanto, es el momento de tensar aún más la cuerda por ese diferendo entre el gobierno federal y el estatal, lo que le redituará buenos dividendos, no nada más los económicos que busca rescatar, sino de trascendencia política.

No titubea para darle una vuelta más a la tuerca en ese sentido. Tenía que mostrar que estaba resuelto a todo, confrontando a la federación como ningún otro gobernador se atrevería hacerlo, incluidos los de su propio partido, el PAN. Había que realizar esa larga travesía, caminando, tallando suela de los zapatos en el pavimento de la carretera. Tenía que ser una marcha vistosa, llamativa, desafiante y de aparente sacrificio. Quizá emblematizada, dizque, por un intenso patriotismo, al portar el gobernador chihuahuense, muy gallardo, la bandera de México, como si fuera el símbolo o el estandarte de lucha. Nada más le faltó que se le ocurriera portar como estandarte también a la imagen de la virgen de Guadalupe.

Pero además había que extender el recorrido por otros estados del país, como para que se enteraran del desafío sin igual, de que el mandatario, Javier Corral, le doblaría las manos al gobierno federal, ya que se supone que Michoacán, Jalisco o Nayarit, nada tendrían que  ver con el trayecto lógico y lineal que habría de seguir la caravana, cuando ésta inicia en Chihuahua y concluiría en la Ciudad de México. Bueno, en esto nada más faltó que el tour también pasara por Chiapas o Tabasco.

Además, la realidad mostró que tal caravana era una acción más mediática que auténtica. Un show político bien armado, porque simplemente sus caminatas eran por breves lapsos, mientras les tomaban sus videos y declaraciones a la prensa, para luego abordar sus buenos vehículos, sus autobuses, y así continuar el largo recorrido de una manera más que cómoda y confortable. Es decir, sin sacrificios extenuantes y menos con ampollas en la planta de los pies.

Si bien es cierto que el reclamo de los 900 millones de pesos es algo legítimo, como igualmente lo es, el que se denuncien actos de corrupción y que se pida la extradición del ex gobernador, César Duarte, por ser el principal responsable de este tipo de abusos de poder, que en este caso consistieron en la desviación de esos recursos públicos para, en su momento, presuntamente beneficiar de manera ilegal y electoral a su partido, el PRI, pero también resulta ser muy cierto que en este entuerto aflora una alta carga de protagonismo por parte del gobernador, Javier Corral, que como siempre esta faceta le ha sido muy característica.

Queda muy claro, pues, que aparte de haber hecho el reclamo de los recursos que le pertenecen a Chihuahua, su afán era el hacerse notar, como ha sido su costumbre, más en plena efervescencia de precampañas políticas presidenciales, ya que no podía dejar pasar esta coyuntura de oro, por lo que con su caravana del norte al centro del país, él se empalma materialmente en las precampañas políticas presidenciales como un elemento central, con lo que secuestra en gran medida la atención pública. Ya no se sabía si él era un precandidato más o sería el sustituto de Ricardo Anaya, a quien tanto se le está cuestionando por su pasado de corruptelas.

Pues bien, este es el trasfondo de la famosa caravana, que al margen de la restitución de los recursos económicos reclamados, Javier Corral, más que otra cosa, en el marco de las precampañas, busca posicionar un liderazgo a nivel nacional, con su estilo un tanto foxista (medio locochón), quiso placearse, quizá ególatramente para medir su popularidad, posiblemente por aquella eventualidad de que Ricardo Anaya quede atrapado y expulsado de la contienda presidencial por la corrupción que cada día lo sumerge más al fracaso. Lo veremos.

Pálida tinta: ¿Seguro que podremos andar con toda tranquilidad por Tepito, Iztapalapa, Gustavo A. Madero o por cualquier rumbo de la ciudad, excepto Tláhuac? Ya que el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, asegura que el punto negro del narcotráfico únicamente es la Delegación Tláhuac.  Yo le recomendaría que se compre unos buenos lentes para que vea mejor, en virtud de que se sabe que el narcomenudeo se encuentra asentado en todas las delegaciones de esta ciudad.  


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